Abuelo de 80 años es un ejemplo de fortaleza y amor a la familia

A sus 80 años, Don Gerardo Monrroy sale diariamente de su casa cargado de energía, de optimismo y con la esperanza de que al concluir su jornada pueda contar con los recursos suficientes para aportar los recursos necesarios para llevar comida a la mesa de su casa.

Desde las siete de la mañana, el señor de avanzada edad llega a la esquina de las calles Tabasco y 6 de Abril empujando su triciclo cargado con gelatinas de todos sabores, para venderlos entre los automovilistas y peatones que diariamente circulan y caminan por estas avenidas de Ciudad Obregón.

Don Gerardo, inició con este modesto emprendimiento desde la pandemia generada por el coronavirus (COVID-19), el objetivo era apoyar a su hija para que continuará con sus estudios universitarios.

Desafortunadamente, la crisis económica que se vive en la región en la época de la post pandemia, le quitó a su hija la oportunidad de continuar sus estudios y emprendió un negocio propio, pero el octogenario decidió seguir con la venta de los postres para contribuir con el gasto familiar.

“Bien me va bien, yo me dedico a trabajar por la situación que atravesamos, apenas sacamos para comer” afirmó.

Bajo la sombra de un árbol, visiblemente cansa por las horas que lleva parado ofreciendo sus productos, Don Gerardo nos cuenta que las personas lo reciben bien y lo apoyan, quienes no le compran gelatina, lo regalan unas monedas.

“La gente que me apoya, ojala me sigan apoyando y a los jóvenes que se pongan a trabajar”, externó.

Gerardo, explicó que para evitar las altas temperaturas, llega a su punto de venta aproximadamente a las siete de la mañana y se retira a las 11, pero para obtener un mejor ingreso regresa también por las tardes.

Con un particular entusiasmo y el ánimo y las fuerzas que surgen tras la necesidad de satisfacer las necesidades de las familias, Gerardo, asegura que mientras tenga vida seguirá trabajando.

“Yo sigo trabajando, mientras dios me de fuerzas hasta que caiga, el cuerpo de uno es como un carro cuando lo dejas ahí sin trabajar ya no funciona y el cuerpo de uno es igual”, expresó.

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