En medio de los escombros de lo que tal vez alguna vez fue su hogar, una madre palestina y su hijo encuentran un momento de calma y ternura en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza.
En una imagen de la agencia Reuters retrató la devastación a su alrededor parece desvanecerse mientras ella sostiene a su hijo, acurrucado en su espalda, transmitiéndole la seguridad y el amor que solo una madre puede ofrecer.
Los muros caídos y el polvo no logran opacar el brillo de su mirada, dirigida hacia su hijo. A pesar de las difíciles circunstancias, la madre saca su teléfono móvil, quizás para captar un instante que mantenga vivo el recuerdo de su vínculo, o tal vez para buscar una forma de conectar con el exterior
La imagen simboliza la resiliencia y la fortaleza que surgen en los momentos más oscuros. A pesar de haber perdido su hogar y de vivir rodeados por la destrucción, madre e hijo se abrazan y encuentran un respiro en su amor mutuo.
Para el niño, el lugar más seguro del mundo es estar junto a ella, y para la madre, la certeza de que su hijo está a salvo en su espalda le da la fuerza para seguir adelante.
En este refugio improvisado, entre los restos de su hogar, el amor de una madre y su hijo se eleva sobre el caos, recordándonos que incluso en las situaciones más difíciles, los lazos familiares pueden brindar esperanza y consuelo.