
Después de 9 meses, los astronautas varados en el espacio han acumulado datos valiosos sobre cómo vive y se adapta el cuerpo humano en microgravedad, pero también enfrentan enormes desafíos al regresar a la Tierra.
La administracion nacional de la aereonautica y el espacio (NASA, por sus siglas en ingles), a través de su Programa de Investigación Humana (HRP), lleva más de 50 años estudiando los efectos del entorno espacial en la salud, y sus hallazgos son fundamentales para responder a preguntas críticas como.
¿Cuánto tiempo máximo puede y debe pasar un humano en el espacio, qué le sucede al cuerpo tras largos períodos en microgravedad y cómo se rehabilitará a los astronautas al volver a la Tierra.?
Aunque las misiones actuales en la Estación Espacial Internacional (ISS) suelen durar entre 6 y 12 meses, investigaciones como el Estudio de los Gemelos, en el que el astronauta Scott Kelly pasó casi un año en el espacio, han demostrado que estancias prolongadas provocan cambios notables en el organismo.
Sin embargo, para misiones futuras a la Luna, y especialmente a Marte, se están estudiando estrategias para ampliar la duración de la estancia sin comprometer la salud.
En la actualidad, no existe un límite “máximo” definitivo, ya que depende de las contramedidas implementadas, pero se están desarrollando tecnologías y protocolos para preparar a las tripulaciones a sobrevivir y adaptarse en misiones de larga duración.
En promedio, las misiones comandadas por humanos no duran más de seis meses y, aunque Butch Wilmore y suni Wiliams, astronautas varados nueve meses en el espacio, son un caso especial, el récord mundial de días consecutivos en el espacio lo ostenta el cosmonauta ruso Valeri Polyakov, que en 1995 pasó 437 días a bordo de la estación Mir.
El proceso de rehabilitación para Butch Wilmore y Suni Williams se llevará a cabo en Huston, Texas, y es tan complejo como vital.

Los expertos de la NASA emplean una serie de contramedidas para que el cuerpo se readapte a la gravedad terrestre; entre estas estrategias destacan programas intensivos de ejercicio físico –tanto aeróbico como de resistencia– para recuperar la masa muscular y la densidad ósea.
También se utilizan dispositivos como mangas de compresión y sistemas de presión negativa para contrarrestar el reacomodamiento de los líquidos corporales y mejorar la circulación. Además, se realizan evaluaciones de equilibrio y pruebas sensitomotoras para detectar cualquier alteración en la coordinación y la orientación.
Fuente: Uno Tv.