El Congreso de la Ciudad de México aprobó este martes 18 de marzo la realización de espectáculos taurinos sin violencia, lo que implica la prohibición de causar heridas o la muerte a los toros dentro o fuera del evento. La iniciativa, que fue modificada tras una propuesta de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, se basa en reformas a la Ley de Protección y Bienestar Animal y a la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos.
El dictamen establece que las corridas de toros, novilladas, rejoneo, becerradas y otros eventos taurinos podrán realizarse siempre que no se utilicen instrumentos que provoquen lesiones, como la puya, banderillas, estoque, descabellos y puntillas. Solo se permitirá el uso del capote y la muleta. Además, el tiempo máximo para cada toro o novillo será de 10 minutos, con un límite de seis ejemplares por evento.
Asimismo, se garantiza la protección de los cuernos de los animales para evitar heridas a otros ejemplares o personas, y se obliga a devolverlos a la ganadería al término del espectáculo. Las sanciones por incumplimiento van de 226 mil 280 a 339 mil 420 pesos por cada animal que resulte herido o muerto.
La aprobación del dictamen ha generado reacciones divididas. Organizaciones animalistas como Cultura Sin Tortura y AnimaNaturalis México reconocieron que representa un avance, aunque señalaron que su objetivo final sigue siendo la prohibición total de la tauromaquia. Por otro lado, el sector taurino ha rechazado la medida, argumentando que se trata de una “prohibición disfrazada” que hará inviable la práctica y afectará miles de empleos. La Plaza México, el recinto taurino más importante del país, advirtió que la propuesta representa el fin de la tauromaquia en la capital.
Este nuevo marco legal es resultado de un proceso de diálogo entre legisladores, activistas y promotores taurinos, y marca un hito en la regulación de estos espectáculos en la capital.
