
Con 133 piezas realizadas en cerámica, concha de caracol y en roca, el Museo Regional de La Laguna (MUREL) presenta la exposición “Mujeres huastecas mesoamericanas. Diosas, guerreras y gobernadoras”, que exhibe figuras que no se conocían al permanecer durante un buen tiempo en bodega, en tanto que se presentan otras que rescató recientemente la arqueóloga María Eugenia Maldonado Vite.
La doctora Maldonado Vite junto al arqueólogo David Morales Gómez, son los curadores de esta exposición que se conformó por varias colecciones de los centros INAH Tamaulipas, San Luis Potosí y Veracruz, así como por el Museo de la Huasteca, el Museo de Tampico Alto, el Museo Nacional de Antropología e Historia, el Museo de Antropología de Xalapa, así como el Museo Regional de Tamaulipas.
Morales Gómez precisó que a la suma de los acervos de estos espacios culturales se sumaron los hallazgos arqueológicos en los que se incluye a la Joven de Amajac y a una jugadora de pelota que se presentó por primera vez en el Museo Nacional de Arte Mexicano de Chicago, Illinois, en los Estados Unidos.
“Yo les doy la bienvenida a esta exposición y podemos ver en el lado izquierdo, dónde se ubica la Huasteca que está bastante lejos de Coahuila, con un medio ambiente bastante diferente, que va a explicar en gran medida las manifestaciones plásticas tanto de figurillas como de esculturas que vamos a ver en el recorrido; en la huasteca se ha documentado la relación con diferentes áreas geográficas, culturales de mesoamérica como es el área maya, el centro de Veracruz, e incluso el sureste de Estados Unidos”.
La exposición brinda un recorrido en el cual y a partir de los elementos arqueológicos, se conocen los roles políticos, bélicos, religiosos, sociales y familiares que tuvieron las mujeres en dicha región cultural, desde el periodo Preclásico (hacia 1500 a.C.), hasta el Posclásico mesoamericano (900-1521 d.C.).
“Se atiende a una línea de tiempo, que es el que nosotros como arqueólogos utilizamos para ubicar las culturas y las manifestaciones culturales que va desde la época precerámica, no tenían manifestaciones, precerámica es antes de que hubieran figurillas y cerámica como tal pero una vez que empieza a complejizarse estás sociedades, empiezan a haber estas manifestaciones plásticas”.
En cuanto a las figurillas en cerámica, David Morales precisó que predominan las manifestaciones de mujeres en las cinco huastecas, donde se destaca la cintura pequeña y las caderas anchas, con distintos tipos de tocados y escarificaciones; se trata de las producciones tempranas. Al especializarse, los alfareros luego de modelar comienzan a trabajar con moldes, realizando vasijas con representaciones de mujer.
“En estas vitrinas tenemos diferentes ejemplos de representaciones femeninas, en la primera vitrina tenemos representaciones muy tempranas, como ya describió David. La concepción de un cuerpo voluminoso en las caderas, al parecer relacionado con la idea de la mujer como procreadora, resaltando sobre todo esos atributos; si ustedes ven, todas las figuras están desnudas y es posible tener algunas diferencias sobre todo en el tratamiento del adorno corporal” precisó la arqueóloga.
Además destacó como algo relevante, en cuanto a la representación femenina, el sexo marcado pues se exhibe como un elemento natural al resaltarlo como atributo femenino, es decir, el poder dar vida, analogía entre la madre tierra que recibe la semilla y otorga los frutos, en tanto que los pechos se representan de forma exagerada para destacar a la mujer madre que da leche.
Después de la línea de tiempo los expertos presentaron los ornamentos representados en las esculturas, como es el caso de Señora de Tempoal, en la que se observan escarificaciones, es decir, cortes intencionados para crear diseños permanentes en la piel, así como iconografía diversa que coloca a esta mujer representada en una posición de poder, quizá como una mujer que mantiene comunicación con los dioses.
Destacan también la Guerrera de Tuxpan, escultura en roca donde se observa a una mujer, quizá adolescente, que lleva un tocado de plumas, una orejera alargada así como una lanza con punta afilada y adornada. La arqueóloga dijo que es posible que represente a una mujer en un ritual que incluye una danza sobre el espacio terrenal con el inframundo.
Sobre la joven gobernante de Amajac, ésta exhibe un tocado dividido en dos mechones de cabello y plumas, porta orejeras circulares, sus ojos se encuentran abiertos y huecos, se cree que debieron tener incrustaciones de obsidiana u otra piedra. El collar que porta es ancho con un pendiente central en forma de gota horizontal conocido por los mexicas como oyoualli. Las manos colocadas sobre el abdomen hacen referencia a las diosas Teem de la fertilidad.
Con Información de Milenio