El juicio ha sacudido a la sociedad francesa, donde la víctima, Gisèle Pelicot, renunció a su anonimato para denunciar públicamente los horrores que vivió durante años.
Avignon, Francia – El tribunal de Avignon condenó este jueves a Dominique Pelicot a 20 años de prisión por la violación en masa de su exesposa, Gisèle Pelicot, un caso que ha conmocionado a Francia y al mundo. Durante casi una década, Pelicot organizó, reclutó y filmó las agresiones sexuales contra su esposa, drogándola previamente para permitir que decenas de hombres la abusaran.
Pelicot fue encontrado culpable de haber utilizado plataformas en línea para reclutar a más de 50 hombres, quienes se desplazaron hasta su hogar en Mazan, al sur de Francia, para participar en los abusos. La Fiscalía había solicitado una pena máxima de 20 años, una sentencia que finalmente se cumplió para Dominique Pelicot, mientras que otros 50 hombres fueron sentenciados por su participación en los crímenes.
Gisèle Pelicot, quien había permanecido en el anonimato durante años, tomó la decisión valiente de revelar su identidad durante el juicio. Afirmando que nunca se arrepintió de esta decisión,
“Pienso en las victimas sin reconocer, quiero que sepan que compartimos la misma lucha… La culpa debe cambiar de lado” declaró a los medios al finalizar el proceso judicial.
El caso salió a la luz en 2020, cuando Pelicot fue arrestado tras ser descubierto filmando de manera clandestina a mujeres en un centro comercial. Durante el registro de su hogar, las autoridades encontraron evidencia que documentaba las agresiones sistemáticas que Gisèle había sufrido, todas realizadas mientras estaba inconsciente debido a los sedantes administrados por su marido.
Si bien la condena a Dominique Pelicot ha sido recibida con cierto alivio, la sociedad francesa y los defensores de los derechos de las mujeres han expresado su preocupación por las sentencias más suaves impuestas a otros implicados. Algunos de los hombres condenados recibieron penas más cortas de las esperadas, con varios casos en los que las sentencias fueron suspendidas, lo que ha generado indignación entre las víctimas y activistas.
Catherine Le Magueresse, presidenta de la Asociación Europea contra la Violencia hacia las Mujeres, comentó que las sentencias reducidas pueden haber sido una estrategia para evitar apelaciones, pero aún así consideró que la justicia no se cumplió completamente.
“El mensaje debe ser claro: todos los implicados son responsables de los abusos, no solo el principal agresor”, afirmó.
Mientras el juicio llegaba a su fin, Gisèle Pelicot fue rodeada por cientos de activistas que expresaron su solidaridad con ella. “Gracias a todos los que me han apoyado durante este largo proceso”, expresó la víctima, con una actitud de esperanza para cambiar la percepción social sobre la violación y el abuso sexual.
Gisèle Pelicot ha sido clara al afirmar que su lucha no termina con el juicio. “Es hora de que la sociedad cambie… Ahora tengo fe en nuestra capacidad de forjar colectivamente un futuro donde las mujeres y los hombres puedan vivir en armonía, con respeto y entendimiento mutuo”, agregó.