Cúcuta, Colombia.-La comunidad del barrio El Bosque se encuentra conmocionada tras el asesinato de la influencer colombiana María José Estupiñán Sánchez, joven de 22 años conocida en redes sociales como “La Mona”. El crimen ocurrió el jueves 15 de mayo frente a su domicilio, donde una cámara de seguridad captó el momento del ataque, en que un sujeto le entregó una caja de chocolates y, segundos después, le disparó a quemarropa.
María José, estudiante de séptimo semestre de Comunicación Social y emprendedora en el rubro de moda, había ganado notoriedad como creadora de contenido sobre empoderamiento femenino y estilo de vida. Contaba con miles de seguidores en Instagram y había consolidado un pequeño negocio de ropa y calzado.
De acuerdo con reportes preliminares, un hombre tocó a su puerta con el pretexto de entregarle un regalo —una caja de chocolates— y le disparó.
El video del ataque, ampliamente difundido en redes, captó los gritos de la victima y muestra al agresor huyendo del lugar.
Las autoridades ya investigan el caso y han iniciado la búsqueda del responsable.
Según confirmó Leonardo Capacho, comandante del Distrito Uno de la Policía Metropolitana de Cúcuta, existen líneas de investigación abiertas y se está verificando información clave para dar con el paradero del atacante. Uno de los aspectos que se indagan es la relación de la víctima con su expareja, a quien había denunciado años atrás por violencia intrafamiliar.
De acuerdo con Alejandra Vera, directora de la organización Mujer Denuncia y Muévete, María José había solicitado medidas de protección desde 2018, cuando tenía apenas 16 años.
“Ella solicitó toda la asistencia y protección para vivir una vida libre de violencia. El Estado colombiano le falló a esta joven”, declaró a Noticias Caracol.
Días antes de su asesinato, Estupiñán habría recibido una notificación judicial favorable en una demanda por violencia, que incluía una indemnización económica. Las autoridades investigan si el ataque está relacionado con este fallo o si se trata de un crimen por venganza o motivos pasionales.
El caso ha reabierto el debate sobre la efectividad de los mecanismos de protección para mujeres víctimas de violencia en Colombia.
