LA MARIPOSA MONARCA, ¿EN PELIGRO DE EXTINCIÓN?

La mariposa monarca representa una de las especies más carismáticas y reconocidas mexicanas. Es uno de los pocos insectos en el país que es identificado por la gran mayoría de la población y aparentemente, además de reconocerla, hemos aprendido a respetarla: cada año miles de personas acuden a los santuarios en el Estado de México y Michoacán para admirar el espectáculo de su migración masiva.

Año con año, la mariposa monarca realiza un viaje migratorio de más de 3000 kilómetros desde Canadá hacia el centro de México, alejándose del frío invierno del norte para buscar las condiciones templadas que prevalecen en los bosques de oyamel en nuestro país. Resulta muy peculiar pensar en que un insecto de menos de 1 gramo pueda realizar ese recorrido, y más aún si consideramos que las monarcas que llegan a los santuarios nunca habían estado ahí: transcurren cuatro generaciones entre las mariposas que regresan a Estados Unidos y Canadá durante la primavera y las que llegan a México el siguiente otoño; es decir, que los individuos que llegan a nuestro país son las tataranietas de las que partieron. 

Si ya sabemos todo eso, ¿por qué recientemente la Unión para la conservación de la naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) decidió que la mariposa monarca tendría que estar en la lista roja? La Lista Roja indica si las especies en la naturaleza son de preocupación menor, están amenazadas, se encuentran en peligro de extinción, o bien están   extintas.

Los especialistas decidieron incluir a la mariposa monarca como una especie en peligro de extinción.

Desgraciadamente, en los últimos años el número de mariposas que llegan durante el invierno a México ha disminuido considerablemente. Desde que se monitorea sistemáticamente a las mariposas que hibernan en nuestro país, el mayor registro de población de mariposas se dio en 1996, cuando cubrían un área estimada de 18.7 hectáreas, en contraste, durante el trágico 2014 cubrieron menos de una hectárea. Si bien este patrón anual ha fluctuado, la tendencia general es a la baja, razón por lo cual han sonado las alarmas de la conservación tanto en México como en el extranjero. 

Fuente; Nexos.

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