Todo ocurrió cuando tomó su último pedido del día a altas horas de la noche. Sin embargo, al llegar al domicilio del cliente para hacer la entrega, éste nunca apareció y no respondió a ninguna de sus llamadas.
La situación era complicada, pues esperó por mucho tiempo y ya siendo las 2 de la mañana, solo podía devolver el pedido al día siguiente o pagarlo de su bolsillo.
En lugar de irse, decidió tomar una decisión que conmovió profundamente: costeó él mismo la comida y se la regaló a dos abuelitos en situación de calle que vivían cerca.
Uno de ellos quedo bastante sorprendido e incluso algo incrédulo por el dulce gesto, así que el joven tuvo que explicarle toda la situación.
“Dios le envió esa comida, era para el señor sin hogar”, “Tenemos que ayudar a esas dos personas de tercera edad. Nos necesitan”, “Me alegra que todavía existan personas como tú, nunca cambies” y “Dios te dará el doble en propina, ya verás”, comentaron diversos usuarios.
