Aunque la estrategia presentada por el gobernador Alfonso Durazo Montaño en el Plan Hídrico de Sonora incluye alternativas como la desalación y los cultivos de baja demanda de agua para mitigar los efectos de la sequía en la entidad, sorprendió que no se mencionara la integración del Plan Hidráulico del Noroeste (Phlino).
Luis Cruz Carrillo, presidente de la Asociación de Organismos de Agricultores del Sur de Sonora (Aoass), señaló que la crisis hídrica es una realidad que no se puede ignorar y que el estado enfrenta un gran desafío en la gestión del agua.
“Explorar a gran escala el tema de la desalación definitivamente sería una solución, porque, inclusive, en el Valle del Yaqui ya se está haciendo por primera vez. Se instalaron cerca de cinco o seis pozos desaladores y están dando resultados. Entonces, ¿por qué no buscar una desaladora a gran escala o ampliar la que está en Guaymas?”, expresó.
Otro de los puntos que llamó la atención, mencionó, es la reestructuración de los organismos operadores de agua potable, cuya ineficiencia ha sido un obstáculo para la distribución equitativa del recurso.
Advirtió que, sin un manejo eficiente, cualquier inversión en infraestructura podría resultar insuficiente.
En cuanto a la tecnificación del riego agrícola, consideró que es una medida que ya ha avanzado en regiones como la costa de Hermosillo y el Valle del Yaqui. Sin embargo, destacó que aún queda mucho por hacer para garantizar que más productores accedan a estas mejoras y optimicen el uso del agua en el campo.
Lo que también causó extrañeza, agregó, es que no se mencionara el Plan Hidráulico del Noroeste en la presentación del gobernador, a pesar de que en otras ocasiones ha sido señalado como una opción, aunque se desconoce si será retomado.
El Phlino es un plan de desarrollo integral formulado durante la época dorada de la irrigación en México, en los años ochenta, cuando el agua se convirtió en un recurso estratégico. Desde entonces, ha sido un proyecto deseado para su integración en la gestión hídrica del país.
