Tupperware, la emblemática empresa de recipientes de plástico, se declaró en bancarrota tras acogerse al Capítulo 11 de protección por bancarrota el martes por la noche, sucumbiendo a pérdidas crecientes en medio de la escasa demanda de sus alguna vez icónicos contenedores de almacenamiento de alimentos en Estados Unidos. Hasta el momento no ha habido un comunicado oficial de la filial de Tupperware en México sobre la noticia de quiebra en Estados Unidos.
La popularidad de la compañía explotó en la década de 1950 cuando las mujeres de la generación de la posguerra celebraron “fiestas Tupperware” en sus casas para vender contenedores de almacenamiento de alimentos mientras buscaban empoderamiento e independencia. Sin embargo, ha perdido ventaja frente a sus rivales que fabrican contenedores más baratos y más respetuosos con el medio ambiente.
El mes pasado, Tupperware planteó dudas sobre su capacidad para permanecer en el negocio después de señalar varias veces un posible riesgo de quiebra debido a restricciones de liquidez.
“En los últimos años, la posición financiera de la compañía se ha visto gravemente afectada por el desafiante entorno macroeconómico”, dijo la directora ejecutiva, Laurie Goldman, en un comunicado.
La compañía dijo que tiene la intención de obtener la aprobación judicial para continuar vendiendo sus productos y trazar un proceso de venta para el negocio. La compañía lleva años intentando dar un giro a su negocio después de registrar varios trimestres de caída de ventas. Un aumento pospandémico en los costos de mano de obra, flete y materias primas como la resina plástica también ha presionado su negocio.
El año pasado, las acciones de la compañía experimentaron cambios bruscos en medio de repuntes de “acciones meme”, donde los inversores minoristas se coordinan en las redes sociales y normalmente centran sus apuestas especulativas en empresas que tienen dificultades financieras o tienen altos intereses a corto plazo.
Tupperware enumeró entre 500 y mil millones de dólares en activos estimados y entre mil y 10 mil millones de dólares en pasivos estimados, según las presentaciones de quiebra ante el Tribunal de Quiebras de Estados Unidos para el Distrito de Delaware. En 2023, la empresa finalizó un acuerdo con sus prestamistas para reestructurar sus obligaciones de deuda y firmó con el banco de inversión Moelis & Co para ayudar a explorar alternativas estratégicas.
FUENTE: Excelsior
